Aunque existen muchos parámetros objetivamente medibles para determinar la calidad del colchón (índice de transferencia de calor, higiene, estabilidad a largo plazo, índice de transferencia de movimiento, distribución de presión y más), un parámetro puramente subjetivo suele ser el factor más importante al elegir un nuevo colchón: el nivel de comodidad. Para la mayoría de las personas, eso está intrínsecamente relacionado con la dureza del colchón para descansar. La suavidad o firmeza de un colchón es un factor decisivo, tanto como su precio.

Muchas marcas ofrecen sus propias escalas de confort y clasificaciones de firmeza numeradas como una forma de categorizar sus colchones, otras anuncian un diseño adaptable y universalmente cómodo que se supone que se adapta a cualquier persona, independientemente de la preferencia de firmeza. Sin embargo, de manera realista, se pueden definir tres niveles de firmeza para el colchón: suave, medio y firme. Cualquiera que sea el caso, la mejor manera de averiguar si un colchón te conviene es, obviamente, probarlo ti mismo para evaluar el nivel de dureza del colchón para descansar.

Es importante tener en cuenta que la firmeza del colchón no es lo mismo que el nivel de soporte que puede proporcionar. La firmeza hace referencia a la sensación inicial que se obtiene de las capas superiores de una cama. Por otro lado, el soporte a largo plazo tiene más que ver con el núcleo y las capas inferiores del colchón. Esto significa que una cama firme no es su única opción si sufre de dolor de espalda, sin importar lo que diga su médico o quiropráctico; de hecho, un estudio de 2003 muestra que es probable que sea mejor para ti usar un colchón de firmeza media.

Aspectos que debes tener en cuenta al determinar el nivel de dureza del colchón para descansar

elegir colchón según su dureza

¿Cuál es tu tipo de cuerpo?

Esta puede ser la consideración clave al elegir el nivel de dureza del colchón para descansar. Normalmente, el nivel de comodidad es instintivo, pero a veces es útil tener una guía. En general, cuanto más alto sea tu índice de masa corporal (IMC), más firme debe ser tu colchón. Es probable que una persona con un IMC por debajo de la media se sienta más cómoda con un colchón blando o mediano, ya que las opciones más firmes pueden ser demasiado duras, casi como dormir en el suelo o en tierra firme. A la inversa, las personas más pesadas pueden necesitar esa firmeza, además de más apoyo y un colchón más grueso en general. Una persona con un IMC por encima del promedio puede hundirse demasiado en colchones más blandos, lo que puede provocar dos cosas: más transferencia de calor y más dificultad para levantarse de la cama, especialmente si una persona ya tiene problemas de movilidad o flexibilidad.

¿Cuál es tu posición preferida para dormir?

Generalmente, son 4 las posiciones que adoptamos las personas al dormir: de lado, boca abajo, boca arriba y múltiples posiciones. Para el último caso, la recomendación inmediata es un colchón de firmeza media, debido al razonamiento ya mencionado anteriormente: es el nivel medio. Una persona que duerme de lado encuentra más ventajas en un colchón más suave, ya que se adapta más a la forma irregular de la posición, y disminuye la cantidad de presión en el costado del cuerpo que soporta todo el peso de la persona, especialmente el brazo que se puede adormecer con la falta de circulación con colchones más firmes. La persona que duerme boca abajo necesita un colchón más firme, porque su sección media, es decir, las caderas y el área de la pelvis, soportan la mayor parte de su peso corporal. Un colchón suave puede no proporcionar suficiente resistencia para equilibrar esa distribución, y eso puede crear una presión innecesaria en la columna vertebral. Finalmente, la persona que duerme boca arriba distribuye el peso corporal de la manera más uniforme durante el sueño, por lo que le funcionará cualquier firmeza de colchón.