Todo buen salón bien amueblado tiene como protagonista un sofá que hace juego con toda la decoración de la estancia. Y los sofás son elementos que tienen un uso muy continuado, posiblemente sea uno de los muebles más amortizados del hogar. Precisamente por este uso, y por todas las visitas que estos muebles tienen, suelen ser de los que más sufren y más calidad pierden con el paso de los años. Pero hoy te contamos algunos consejos para mantener tu sofá como nuevo, y que luzca como el primer día sin perder brillo, color o comodidad.

Limpieza y mantenimiento regular para mantener tu sofá como nuevo

Lo primero de todo, hay que dejar claro que esto no va a ser una tarea que se haga una vez y ya. Hay que mantener el buen estado del sofá con limpiezas periódicas y mantenimiento constante. Para conservarlo en las mejores condiciones posibles, ya que nunca se deja usar, que tampoco se deje de limpiar.

No hace falta limpiar el sofá a diario ni mucho menos, pero es cierto que no hay que dejarlo olvidado durante mucho tiempo porque puede traer consecuencias casi irreversibles, como manchas de humedad que pueden pudrir la tela e incluso romperla con el paso del tiempo.

No exponer el sofá al sol

Parece una incongruencia, pero tanto para muebles de jardín, como para salones muy luminosos o habitaciones que tengan ventanales por donde entre mucha luz directa del sol, es importante proteger el sofá de la exposición directa.

Un salón luminoso es un espacio precioso, pero podemos obtener la misma cantidad de luz sin una exposición directa, utilizando cortinas translucidas de colores claros que dejen pasar la luz, pero no los rayos del sol. La luz directa es una de las mayores causas de pérdida de color en los tejidos del sofá y en los almohadones, por esto hay que protegerlo siempre que se pueda.

consejos para mantener tu sofá como nuevo

Sacudir y palmear los cojines y almohadones

Si tenemos un sofá con muchos almohadones, ya tenemos una protección extra para los cojines y el resto del sofá. Pero es recomendable palmear tanto los almohadones como los cojines del propio sofá de vez en cuando, sacudirlos del polvo y evitar que se deformen. Cuanto más tiempo estemos sin hacer este mantenimiento, más aplastados estarán e irán perdiendo su forma paulatinamente.

Aspirar el sofá y sus esquinas

Cuando estemos pasando el aspirador por el salón, no hay que olvidarse de aspirar todos los rincones del sofá. Pues esta será la única manera de quitar el exceso de polvo sin estropear el tejido o las fundas que tenga. Hay que insistir en todos los recovecos que podamos encontrar, entre los cojines, en las esquinas, quitando los almohadones…

Es algo que da mucha pereza, pero si no lo hacemos, el polvo se va a acumular y seguramente con el paso del tiempo, acabe generando manchas más oscuras debido a la mezcla con la humedad. Y estas manchas serán más visibles y más difíciles de quitar.

Lavar la funda de vez en cuando

Si tenemos un sofá con funda, conviene lavarla junto a las fundas de los almohadones. Y si son del mismo color y tejido, hacerlo a la vez en una misma lavadora para evitar que queden de colores diferentes.

Las fundas también son buena opción para proteger los sofás de los niños, de visitas inesperadas o de periodos de tiempo de convivencia con mascotas. Si utilizamos una funda y esta se va deteriorando, será mucho más fácil y económico comprar y poner una funda nueva, que un nuevo sofá por completo.

Usar elementos de protección

Además de las fundas también se pueden usar otros elementos para proteger el sofá, como pueden ser algunas mantas, cojines grandes o pequeñas fundas para ciertos elementos. Es importante hacer también un mantenimiento de lo que usemos para proteger el mueble, pues igual que nadie se pone ropa sucia después de haberse duchado, no tiene sentido tener un sofá impoluto sobre el que pongamos elementos llenos de polvo o humedad.

Con estos consejos podrás mantener tu sofá como nuevo durante muchos años, sin notar en este mueble el paso del tiempo, y pudiendo presumir de él como el primer día.