Dormir es una necesidad biológica vital para nuestro bienestar físico y mental. Por eso, mejorar la calidad del sueño es fundamental para nuestra tranquilidad. ¿Quién no se ha pasado dando vueltas en la cama pensando por qué no se puede dormir y viendo que cada vez quedan menos horas para despertarse? ¡Que sensación de agobio!
Obviamente la calidad de nuestro colchón es un factor importante a la hora de un buen descaso, ya que un colchón inadecuado puede causar molestias y dolor, afectando a la capacidad de la persona para dormir bien durante toda la noche. Por eso es importante escoger un colchón que se adapte a ti y a tus necesidades y que te proporcione el nivel adecuado de comodidad y soporte.
Además, existen varios métodos que pueden ayudarte a conciliar el sueño naturalmente y sin necesidad de tomar ningún medicamento, como puede ser evitar comer alimentos pesados antes de dormir, hacer ejercicio regularmente, limitar el consumo de cafeína, etc.
Sin embargo, muchas personas tienen dificultades para conciliar el sueño, dormir lo suficiente o descansar adecuadamente durante la noche. ¿Sabías que tu rutina de sueño puede comenzar hasta dos horas antes de irte a la cama? (no te preocupes, esto dependerá del tiempo que te queda desde que llegas a casa y te acuestas. Esta rutina también puede darse de 1h, 30 o 15 minutos).
¿Cómo mejorar la calidad del sueño?
Son muchos los agentes involucrados en la determinación de la calidad del sueño. No es suficiente con dormir, se trata de dormir bien para levantarse descansado y energético y de que nuestro sueño sea realmente reparador.
Establece una rutina de sueño
Irte a la cama y despertarte a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana, puede ayudar a regular el ritmo cardiaco de tu cuerpo y por ende hacer que tu calidad del sueño mejore. Como ya te hemos explicado antes, tu rutina de noche comienza incluso dos horas antes de irte a la cama: una cena ligera, evitar luces azules, un baño relajante, ser agradecido o leer antes de dormir son hábitos que harán que concilies el sueño mucho antes. En función del tiempo que tengas, podrás añadir o quitar pasos de esta rutina.
Crea un ambiente adecuado para dormir
Asegúrate de que tu dormitorio está tranquilo, oscuro y a una temperatura confortable para ti. Te recomendamos que dejes todas las distracciones como el trabajo o los dispositivos electrónicos fuera de la habitación para evitar interrumpir el sueño. Este es un paso importante, ya que la luz azul de los dispositivos afecta a la producción de melatonina (hormona que regula el sueño), activa el organismo y dificulta la inducción del sueño.
Haz ejercicio regularmente para mejorar la calidad del sueño
El sedentarismo favorece el insomnio. Por eso, ser activo regularmente puede ayudarte a conciliar el sueño más fácilmente y a mejorar la calidad del mismo. Salir a caminar a paso ligero durante media hora al día puede ayudar en todo este proceso. Sin embargo, evita realizar cualquier tipo de actividad física justo antes de acostarte, ya que puede aumentar el nivel de alerta y dificultar el sueño.
Evita comer alimentos pesados antes de dormir
Comer una cena pesada o picar alimentos pesados antes de dormir puede dificultar la digestión y afectar a la calidad del sueño. Es mejor que cenes al menos dos horas antes de acostarte y que evites comer alimentos que puedan ser difíciles de digerir.
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